Llegaba a la cita con el favoritismo lógico de un potro de tres años que había ganado las dos primeras gemas de una Triple Corona que se erige como el máximo lauro que puede alcanzar un pura sangre de carreras. Suablenanav Th, cuyo significado en español vendría a ser un «está todo bien», tenía demostrado que ningún potro lo había vencido en los clásicos y que los aumentos de recorrido le sentaban muy bien. Sin enemigos sugerentes a la vista y con los antecedentes marcados, no se esperaba otra cosa que la consagración de crack de su generación y con ella la corona. Por aquello de «carreras son carreras», viejo y sabio refrán hípico, la hora de la verdad encerraba un halo de misterio, y está bien, incluso porque si ustedes se fijan al salir del partidor el Nº6 Olympic Ohio se abre y pecha al gran favorito, moviéndole el «esqueleto». ¿Qué hubiese pasado si Lazo se caía en esa incidencia? Y bien que pudo ocurrir porque el sacudón no fue tan leve. La respesta es sencilla: «chau triplecorona». Pero Lazo es baquiano y se mantuvo en las cruces del tordillo hijo de TH Approval, para paulatinamente ir de menos a más durante el desarrollo, exigiéndolo un par de veces sobre el final para que rematara y mejorara el guarismo, que no fue destacable pero que tampoco debe echar tierra al ganador sino que obedece al trámite cansino del cotejo. Los propietarios del Stud Haras Phillipson nos confirmaron que la idea es quedarse en el país con él a correr el Gran Premio Ramírez del 6 de enero. Será una buena instancia para comenzar a conocer hasta donde son capaces las bondades locomotivas del crédito del Team Cintra. El desafío supondrá enfrentar a los mayores y principalmente a los extranjeros que puedan venir a disputar el magno evento.
