Se puede apreciar en la toma de la magnífica reportera gráfica Orana Magnani el trazado del circuito del Hipódromo de Las Piedras que claramente es inconveniente.

Según el vicepresidente de la IFHA Horacio Espósito, el Turf uruguayo ha logrado retornar al Tomo 1 de calificaciones a nivel mundial en base a su integridad. Dijo el argentino Espósito «esa es la palabra, INTEGRIDAD», al ser consultado en la conferencia cuando se anunció con bombos y platillos que nuestras carreras retornaban al círculo de privilegio del deporte a nivel planetario. Fue una buena descripción del señor Espósito, a quien personalmente mucho respetamos por sus conocimientos y su permanente valentía en el abordaje de las distintas problemáticas que el Turf atraviesa. No es un hombre que se caracterice por ser políticamente correcto a la hora de señalar aquellas cuestiones que ensombrecen al Turf. Sin ir más lejos, ha sido muy crítico de su propio país en los pasos que ha dado en los últimos tiempos en la actividad, y también justamente crítico con otros países del conosur que no han hecho los deberes. Esa personalidad de Espósito lo ha vuelto un directivo creíble y para nosotros muy valioso, razón por la cual cada vez que lo encontramos aprovechamos con gran gusto para entrevistarlo. Para ir entrelíneas de lo que la autoridad de la IFHA expresó, podríamos decir que nuestra actividad no puede competir ni cerca en cuanto a la cría de pursang, tampoco en calidad de caballos, seamos claros, como para cotejarnos de tú a tú con las plazas mayores, pero hubo aspectos que Uruguay trabajó muy bien, ya sea en las políticas de bienestar animal, con un servicio veterinario muy calificado, con el uso medido de la fusta que incluso se importó de otro material algunos años atrás, para minimizar los efectos de las exigencias de los pilotos sobre sus conducidos, etc. Sumado a la buena organización de carreras, a una comisión hípica que está a la altura, es cierto que, con un comisariato muy cuestionado en los últimos tiempos a nivel público, pero además con un organigrama serio que todavía luce más cuando se organizan grandes eventos locales y fundamentalmente internacionales, donde nuestro país no solamente ha dado la talla, sino que se ha destacado en ese sentido. En materia de pistas ha habido una buena nota que se desprende de la última auditoría encomendada por la Dirección General de Casinos y realizada por la empresa Luxba, donde en su informe se destaca el buen estado de las mismas, su buen mantenimiento y la idoneidad del personal afectado a ellas, más allá de un llamado de atención a la maquinarias con las que se cuentan, donde se realizan algunas recomendaciones en ese sentido.

Dicho esto, hay aspectos que deben ser muy mejorables como las políticas de marketing, en este momento nulas, más allá de un buen trabajo en redes sociales, hay que decirlo. Los servicios al público pueden y deben mejorar. Gastronomía sin ser mala es algo irregular en su calidad lo que le ha valido cierta mala fama, a veces hasta injusta, porque tiene en sus buenas tardes una calidad acorde, y porque la gente que trabaja en el servicio hace un buen trabajo en líneas generales. El trato a la prensa es deficitario, hay que remarcarlo. De hecho, estamos convencidos que hay cierto desprecio a nuestra labor periodística.

Sin embargo, la razón que nos ha llevado a escribir este editorial tiene que ver con el pésimo manejo público que Codere ha hecho con un error sustancial a nuestro parecer, del cual venimos hace mucho tiempo señalando que es el absolutamente inapropiado trazado de la pista del Hipódromo de Las Piedras para disputar carreras cortas. Son dos errores distintos. El principal es que la distancia de 650 metros para correr carreras plantea una dificultad de origen insalvable. Como está planteado el circuito canario resulta inapropiado largar carreras desde allí donde apenas saltan del partidor los jinetes deben hacer las mil maravillas para no accidentarse en el embudo que propone la semirecta del trazado. Nosotros, desde hace mucho tiempo lo decimos a esto, incluso está subido a Youtube, y lo vamos a volver a dejar por aquí, un comentario que a partir de un polémico fallo del Comisariato nos llevó a públicamente expresar la necesidad de por lo menos debatir esta cuestión que si no ha provocado más accidentes es en parte por la pericia de los jockeys y en parte por la buena de Dios.

En las últimas semanas los accidentes se vienen repitiendo y le ha costado la vida a algunos caballos y ha ocasionado lesiones importantes en algunos jockeys. Ya está, no se necesitan más evidencias. Creemos que las habidas son más que suficientes para no insistir con la disputa de estos cotejos al menos hasta que no se realice una obra que modifique el trazado del circuito del centro hípico metropolitano. Más allá que nos parece que son demasiadas las carreras que hoy se están llamando en estas distancias para lo que es el segundo hipódromo de nuestro país, insistimos hoy en Tomo 1 de la IFHA, siendo que las carreras de puros en realidad están valoradas en el mundo desde la distancia del kilómetro, creemos que son carreras que sí tienen su atractivo y que perfectamente podrían ser parte de una programación de Las Piedras. Eso sí, no en estas condiciones.

El segundo error constituye para nosotros un verdadero horror que es la modificación de la información brindada al público para tapar un accidente que tiene origen en una mala decisión ejecutiva. Como periodistas siempre vamos a expresarnos en favor de la verdad, dándose a conocer la verdad de los hechos y NO como hizo la empresa este viernes 25 de enero en la quinta carrera del Hipódromo de Las Piedras donde rodaron en aparatosa caída El Diablito con Federico Hernández y Abuela Nelsa con Waldemar Maciel, editando los videos de la programación grabada en el vivo y editando la propia carrera donde este viernes se dio otro lamentable accidente.

No es la primera vez que lo hacen y estas prácticas no solo se repiten, sino que además se acentúan en las formas. Es un bochorno, permítanme ser tan incorrecto políticamente, que se haya tomado una decisión que es de una bajeza moral que se da de bruces con el mentado concepto de «integridad» que bien ha utilizado el vicepresidente de la IFHA. No podemos tirar por el retrete lo conseguido. Esto debe revertirse ya si no queremos que, con razón, aparezcan las protectoras de animales a caerle a la actividad con el mazo y la porra. Lo dijo el Sr. Espósito muy claramente en la conferencia si no tomamos las decisiones correctas en ese sentido chau carreras. Así de contundente fue.

Es por eso que este aficionado a la hípica, a las buenas costumbres de la hípica lleva casi 30 años velando por la integridad de los protagonistas de esta actividad que son caballo y jockey, animal y ser humano.

Los años me han vuelto más moderado en el tono crítico y hasta dos por tres incluso alguno se anima a decirme «que pasó con el Trasante que opinaba sin tapujos». Sigo opinando sin tapujos, lo hago tratando de ser justo en los términos y además pasó que hoy en el Turf más que ejercer el periodismo ejercemos un rol de comentarista de carreras. Tengo demasiado respeto por la palabra periodista y no estoy, aunque trato, de estar pendiente en el día a día de las cosas. Hay colegas que hacen en ese sentido una magnífica labor estando al detalle de todo lo que sucede en torno a las carreras. Mis tiempos y actuales dedicaciones no me lo permiten. Más allá de lo cual sigo convencido que acá lo medular es el trato a los protagonistas. Sin caballos no hay historia. Hay muchas disciplinas con el caballo deportivo en este país. No solo le debemos ser parte del período libertador y del surgimiento del Uruguay como nación, ya que en ese proceso nuestros héroes pelearon a caballo. Les debemos que miles, decenas de miles de familias lleven el pan a su mesa. No importa si es mucho o poco, significa fuentes de empleo abiertas. Dicho esto, no somos los que nos paramos del lado de enfrente de las protectoras de animales, no cuenten conmigo para eso, todo lo contrario, me verán de ese lado cuando haya causas justas por las que pelear. Esta es una de ellas. Pagaré los platos que haya que pagar, pero me encontrarán siempre del lado de los que luchamos por una actividad sana, competitiva, fuerte en su legalidad y en su ética moral. No nos permite otra cosa, ni nuestra causa periodística ni nuestra afición burrera.

Vayamos pues en recobro del fehaciente cumplimento integral de esa integridad que nos trajo a buenas arenas…

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